El aumento del SIDA o del SINA.
En el año 2000 se calculaba que 36 millones de muertes habían
sido producidas por el hambre.
Eso como mínimo, porque desde 1984 millones de las muertes
por desnutrición son atribuidas fraudulentamente al SIDA. Desde entonces, por
un maquiavélico malabarismo en las definiciones de las causas de mortalidad,
los empobrecidos del tercer mundo ya no se mueren de hambre ni de enfermedades
ligadas a la falta de agua limpia y a la desnutrición (SINA, Síndrome
nutricional de inmunodeficiencia adquirida), sino de SIDA, supuestamente
causado por un virus. Una genial jugada orquestada por los Centros de Control
de enfermedades de Atlanta, CDC y su división secreta el Servicio de
Inteligencia de epidemias, EIS (la CIA Médica para los amigos) con la servil
colaboración de la Organización Mundial de la Salud .
¿Como ha sido esto posible?. En octubre de 1985, el doctor
Serguei K. Litvinov, epidemiólogo ruso especialista en enfermedades
transmisibles africanas que ostentaba el cargo de secretario adjunto al
director general de la Organización Mundial de la Salud en Ginebra, y a cuya
dirección estaban las principales divisiones y subdivisiones de la OMS para la
vigilancia, control y supuesta prevención de todas las enfermedades
transmisibles (incluido el SIDA), declaró refiriéndose al SIDA en África:
"Todo ha sido un pánico y una exageración proveniente del país originario
del SIDA, es decir, EE.UU."
Ese mismo año la OMS empieza a hablar de pandemia. Este
cambio de actitud coincide con la retirada de la OMS del doctor T.A.
Bektimirov, ayudante del doctor Litvinov y el nombramiento del Dr. Jonathan
Mann, de los Centros de Control de enfermedades de Atlanta CDC, junto con la
celebración del Congreso de Bangui, en la República Centroafricana, organizado
por otro agente de los CDC. Mc Cormick, además miembro del Servicio de
Inteligencia de epidemias EIS, hizo que la OMS y las autoridades sanitarias de
los diferentes países admitiesen que el SIDA se diagnosticase en África sin
tests en base a síntomas clínicos idénticos a los de las enfermedades
endémicas.
Los criterios diagnósticos para definir el SIDA en el Tercer
Mundo fueron publicados en:WHO (OMS) Weekly epidemiological Record, nº 10, 7
marzo 1986, pág. 71.
Criterios de diagnóstico de sida sin tests (resumen):
2 signos mayores + 1 signo menor.
Signos mayores
pérdida de peso, 10%
crecimiento anormal
diarrea durante 1 mes
fiebre durante 1 mes
tos persistente, durante 1 mes
dermatitis pruriginosa generalizada
herpes zóster recurrente
candidiasis orofaríngea
herpes símplex crónico
ganglios, linfoadenopatías generalizadas
infecciones repetidas, otitis, faringitis
infección materna LAV/HTLV-III
En la práctica esto se traduce en el vudú siguiente para los
africanos:
Si tienes diarrea, adelgazamiento y tos se te clasifica como
enfermo de sida sin test.
Si tienes diarrea, fiebre y tos, también tienes sida por
definición.
Si tienes adelgazamiento, fiebre y tos, eres un enfermo de
sida.
Todo vale para hinchar la supuesta epidemia.
Diagnosticar sida según estos síntomas clínicos es algo
impresentable científicamente pero tiene la ventaja de que las enfermedades de
la pobreza y del hambre creciente se renombran como SIDA.
Recordemos que hay sin embargo estudios sobre casos
diagnosticados de sida en África con estos criterios que son negativos cuando
se les hacen los tests.
Casos VIH negativos Fuente
África
Montagnier 50% Jama 260, 1988
Duesberg 50% Pharmacology ther. 55
Ghana 59% Lancet 17 Oct. 1992
Nairobi 69% Amer.Rew.Respir.dise.147.1993
Kenia 71% Journal of AIDS. 7:8,876
Como se puede ver, hay estudios de las publicaciones más
ortodoxas donde hasta un 71% de los africanos diagnosticados de sida según los
criterios de síntomas dan negativo en los tests.
Hay un porcentaje entre el 50% y el 29% el diagnóstico por
síntomas) coincide con el test, pero, como hemos denunciado documentalmente
desde 1993 en numerosos artículos de la Revista de medicinas complementarias,
los tests son un fraude.
Los tests del SIDA no indican que los seropositivos estén
infectados por el VIH: los tests del sida no son específicos, pues dan
reacciones cruzadas (falsos positivos) con la tuberculosis, la hepatitis, la
malaria, la desnutrición, las enfermedades infecciosas repetidas y más de 70
circunstancias y enfermedades, que van desde condiciones habituales como la
desnutrición o el haber tenido muchos hijos, hasta las enfermedades como la
lepra.
Especialmente en el Tercer Mundo dan una mayoría de falsos
positivos.
Por si esto fuera poco los criterios diagnósticos para
considerar un test positivo son diferentes, no sólo de norte a sur, sino
también de un continente a otro. Por ejemplo la interpretación del test Western
Blot (que se basa en la presencia de una serie de bandas) varía de un país a
otro. Para que seas diagnosticado como seropositivo hacen falta:
4 bandas en Australia;
3 bandas en EEUU y Canadá;
Pero sólo 1 ó 2 en África...
En la práctica; puedes ser seropositivo en África y negativo
en Estados Unidos y en Australia.
Imágenes de 19 tests Western Blot de la misma sangre ( R. M.
Holística nº 37 pgna. 155.) La fuente original es el artículo de E. Papadopulos
y colaboradores "¿Es un test W.B prueba de una infección por VIH?"
revista Biotecnology junio 1993 pgna. 710. Traducido en la revista de Medicina
Holística nº 36 pgns. 145-162.
La consecuencia de estos tres fraudes diagnósticos es que
los muertos oficiales de SIDA son en realidad víctimas del hambre (y en los
países desarrollados víctimas de las drogas inmunosupresoras, legales e
ilegales).
Pero hay algo más grave como veremos en el apartado final de
este trabajo.
Así que, cada vez que leas las cifras de muertos de SIDA en
el tercer mundo puedes sumarlas a las de los muertos de hambre.
Desde los años 20 Rockefeller invirtió en la investigación y
educación médicas, creando la ortodoxia.
Financió el Informe Flexner patrocinado además de por
Rockefeller por la fundación Carnegie que declaraba la guerra contra las
medicinas naturales.
La fundación Rockefeller ha mantenido estrechas relaciones
con la industria farmacéutica y en especial con el laboratorio Bourroughs
Wellcome (fabricante del tóxico medicamento AZT que produce inmunodeficiencia,
anemia y cáncer con la excusa de tratar el SIDA)
La amenaza del crecimiento de población para los elitistas
no sólo se afronta con programas directos de anticonceptivos y de
esterilización, sino también con el fraude del SIDA.
Como los pobres por definición ya no tienen las enfermedades
endémicas de la desnutrición no se les dan los medicamentos que efectivamente
las curan. Un buen ejemplo es el de Uganda, que dedicaba a principios de los
años 90 sólo 36.000 dólares a la malaria endémica mientras dedicaba millones de
dólares al sida, en el que trabajaban setecientas ONGs.
La consecuencia es evidentemente que se muere más gente de
enfermedades tratables.
Simultáneamente se desvían los presupuestos hacia el SIDA,
lo que en la práctica se traducen en inversiones en el terrorismo sexual para
que la gente no tenga relaciones y reparto de condones.
La consecuencia también es evidente: menos nacimientos.
Es decir en ambos casos reducción de la población.
No se ha podido encontrar ninguna buena razón por la cual la
mayoría de la gente sobre la tierra cree que el SIDA es una enfermedad causada
por un virus llamado VIH. Simplemente no hay evidencia científica alguna que
demuestre que eso es cierto.
Tampoco hemos sido capaces de descubrir por qué los médicos
recetan una droga tóxica llamada AZT (Zidovudina-Retrovir) a personas que no
tienen otro mal que la presencia de anticuerpos al VIH en su cuerpo. De hecho,
no podemos entender por qué ningún ser humano debería tomar esa droga
cualquiera que fuese la razón que se adujese.
El informativo Rusia Today expuso, a través del experto en
salud Jesús García Blanca, la estafa criminal del SIDA. Un fraude creado por
las multinacionales farmacéuticas, con el objeto de enriquecerse a costa del
sufrimiento de millones de personas.
Según Jesús García Blanca, el SIDA es una construcción que
se creo en Estados Unidos, por necesidades económicas y estratégicas del poder,
es más, no se ha demostrado que exista el VIH, pues no se ha llegado a aislar
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