Toma la pastilla roja!!!

BIENVENIDO Y TOMA LA PASTILLA ROJA "...Eres un esclavo, Neo/ Igual que los demás, naciste en cautiverio/ naciste en una prisión que no puedes ni oler ni saborear ni tocar/ Una prisión para tu mente/ Por desgracia no se puede explicar lo que es Matrix/ Has de verla con tus propios ojos/ Esta es tu última oportunidad/ Después, ya no podrás echarte atrás/ Si tomas la pastilla azul fin de la historia (La historia acabará)/ Despertarás en tu cama y creerás/ lo que quieras creerte/ Si tomas la roja, te quedas/ en el País de las Maravillas/ y yo te enseñaré hasta dónde llega la madriguera de conejos/ Recuerda/ lo único que te ofrezco es la verdad/ Nada más..."

martes, 3 de marzo de 2015

EL CONTRATO QUE ACEPTASTE SIN DARTE CUENTA

CLÁUSULA 1ª:
Yo acepto la búsqueda del confort como el fin supremo de la humanidad, y la acumulación de riquezas como el mayor logro en nuestra vida.
Cuanto más infeliz sea, más consumiré, y así contribuiré al buen funcionamiento del sistema.

CLÁUSULA 2ª:
Yo acepto que la investigación relacionada con mi salud esté en manos de empresas cuya única motivación es generar beneficios.
No me preocupa que las farmacéuticas financien los congresos de medicina y que controlen así la información que les llega a mis médicos.
Confío en la industria farmacéutica, y en gente como Donald Rumsfeld, accionista y ex presidente de la farmacéutica que desarrolló el Tamiflú. No creo que sean capaces de crear virus como el de la gripe A para obtener enormes ganancias.

CLÁUSULA 3ª:
Yo acepto dejar mi salario a los bancos para que ellos lo inviertan en aquellas actividades que más dinero generen, independientemente de su moralidad o de su impacto ambiental.
Asumo que las inversiones más lucrativas son las que explotan a los ciudadanos de los países en desarrollo y respaldo por completo estas actuaciones.

CLÁUSULA 4ª:
Yo acepto que las autoridades guarden todos los datos sobre mí que tengan. Confío en ellos y no me importa llevar DNI con microchip, ni dar mi huella ocular al entrar en otro país, ni tener que enseñar el contenido de mi ordenador en aeropuertos.

CLAÚSULA 5ª:
Yo acepto los paraísos fiscales para que ricos y delincuentes no paguen los impuestos que yo sí pago.

CLÁUSULA 6ª:
Yo acepto que los bancos internacionales presten mi dinero a países que quieren armarse para ir a la guerra, y que puedan elegir dónde se libran las guerras.
Soy consciente de que lo mejor es financiar a ambos bandos para que el conflicto dure el mayor tiempo posible, no sólo para ganar más dinero sino para luego puedan hacerse con sus recursos cuando no puedan devolver los créditos.

CLÁUSULA 7ª:
Yo acepto que la publicidad me cuente mentiras y que me haga desear cosas, que cuando consigo, me aportan poco.

CLÁUSULA 8ª:
Yo acepto que se guarden todos mis e-mails durante 5 años aunque yo los borre. Y que empresas como Yahoo den acceso a las cuentas a las autoridades chinas, permitiendo así detener a disidentes.
Yo acepto la última tecnología descubierta que permite que los móviles puedan retransmitir lo que oyen aun cuando su dueño lo haya apagado. (Ojo: para evitarlo, quitad la batería)

CLAÚSULA 9ª:
Yo acepto que el poder esté en manos de las personas más ambiciosas y con menos escrúpulos.

CLÁUSULA 10ª:
Yo acepto que los partidos políticos aglutinen a lo peorcito del país y que cada 4 años me cuenten lo que saben que quiero oír para llegar al poder.

CLÁUSULA 11ª:
Yo acepto que los medios de comunicación estén concentrados en las manos de grandes poderes económicos, puesto que sé que harán un buen uso de ellos. Acepto creerme sólo lo que los medios dicen y pensar que lo que se dice fuera de ellos son mentiras para gente inculta y crédula. Yo acepto esta matriz en la que me han colocado para que no pueda ver la realidad de las cosas. Sé que lo hacen por mi bien.

CLÁUSULA 12ª:
Yo acepto que las noticias recopilen lo peor que ha pasado en el planeta ese día, para que me sienta impotente y piense que no hay nada que hacer.
Sé que alimentar el miedo, la rabia y la desesperación es lo mejor que pueden hacer por nosotros porque creer que se puede cambiar algo es peligroso.

CLÁUSULA 13ª:
Yo acepto las versiones de los acontecimientos que me dan los medios y apoyo todas las divisiones entre seres humanos que me quieran contar los gobiernos.
De esta forma podré focalizar mi cólera hacia los enemigos diseñados por ellos, y no me opondré a acciones bélicas que respondan a intereses político-económicos.

CLÁUSULA14ª:
Yo acepto que se condene a muerte al prójimo, y se nos aliente a acabar con él, siempre que su gobierno haya sido declarado por el nuestro como su enemigo

CLÁUSULA 15ª:
Yo acepto que se desechen toneladas de comida para que no bajen los precios internacionales. Me parece mejor que ofrecérselos a los cientos de miles de personas mueren de hambre cada año.

CLÁUSULA 16ª:
Me parece bien que haya países como Haití, donde a falta de otra cosa, comen galletas hechas con tierra. Como todos somos egoístas, estoy convencido de que en el fondo todos estamos de acuerdo con esta situación.

CLÁUSULA 17ª:
Yo acepto que…
la felicidad es confort
el amor es sexo
Y la libertad es tener dinero para poder satisfacer todos mis deseos.

CLÁUSULA 18ª:
Yo acepto que se hagan guerras por motivaciones económicas como el petróleo, reactivar la economía o dar salida a los stocks de armas obsoletas.
Hay que hacer lo que sea para mantener el sistema en marcha, porque es sin duda el mejor de los posibles.

CLÁUSULA 19ª:
Yo acepto comer carne bovina tratada con hormonas sin que exista obligación legal de indicarlo en ninguna etiqueta.
Yo acepto servir de cobaya y comer carne de animales engordados con piensos transgénicos, para comprobar si aparece alguna anomalía en nuestra especie a largo plazo.

CLÁUSULA 20ª:
Yo acepto que los vegetales que ingiero hayan recibido pesticidas y herbicidas tóxicos para mi salud, siempre que no usen demasiado. Yo acepto que se utilicen todo tipo de aditivos químicos en mi alimentación, puesto que estoy convencido de que si los añaden, es porque saben que no tiene ninguna consecuencia a largo plazo.

CLÁUSULA 21ª:
Yo acepto que los transgénicos se expandan por todo el planeta, y que las multinacionales agroalimentarias que patentan seres vivos acumulen ingentes dividendos por ellos y controlen la agricultura mundial.
Estoy convencido de que es moral especular con el precio de los alimentos, como se ha hecho con la vivienda, porque el sistema de mercado garantiza que los recursos se distribuyan de forma eficiente.

CLÁUSULA 22ª:
Yo acepto pagar el precio más bajo posible por la carne de los animales que compro, por lo que me parece bien que los traten mal, con tal de abaratar su carne.
Al fin y al cabo somos una especie superior.
En consecuencia, si viniese otra especie superior de otro planeta, me parecería lógico que hiciesen lo mismo con nosotros.

CLÁUSULA 23ª:
Yo acepto la política de «revolting doors» (puertas giratorias). Sé que los directivos de organismos internacionales como la OMS, la OIT, el FMI y el Banco Mundial son ex- empleados de grandes corporaciones, que saben que «portándose bien» volverán a esas corporaciones al año siguiente ganando cantidades astronómicas.

CLÁUSULA 24ª:
Yo acepto la hegemonía del petróleo en la economía, a pesar de ser una energía costosa y contaminante, y estoy de acuerdo en impedir cualquier tentativa de sustitución, puesto que la implantación de los métodos de energía libre ya descubiertos y silenciados serían una catástrofe para el sistema.

CLÁUSULA 25ª:
Yo acepto que el valor de una persona dependa de su capacidad para generar dinero y de si aparece o no en la tele.
Tomaré como mis referentes personales las personas que aparecen en la televisión, e intentaré ser como ellos.

CLÁUSULA 26ª:
Yo acepto que se paguen fortunas a jugadores de fútbol y a actores, para convertirlos en nuestros modelos a imitar.
Me parece totalmente lógico que se pague muy poco a los profesores que se encargan de formar a las generaciones futuras y a los médicos que cuidan nuestra salud.

CLÁUSULA 27ª:
Yo acepto que las multinacionales no apliquen las conquistas sociales de occidente en los países desfavorecidos. Apoyo que haya niños trabajando, con tal de que los productos que compro tengan el precio más bajo posible.

CLÁUSULA 28ª:
Yo acepto que los adultos mayores sean considerados un estorbo y no sean nunca nuestro modelo, puesto que como civilización más avanzada del planeta (y del universo, ya que es imposible que existan más) sabemos que la experiencia no tiene ningún valor.

CLÁUSULA 29ª:
Yo acepto la competencia como base de nuestro sistema, aun cuando soy consciente de que este funcionamiento engendra frustración y cólera para la mayoría.
Sustituir la competencia por la colaboración sería un error.

CLÁUSULA 30ª:
Yo acepto usar aquello más valioso que tengo, mi tiempo, en hacer un trabajo que no me gusta, para poder comprar muchas cosas con las que evadirme de esta vida tan vacía que llevo.

CLÁUSULA 31ª:
Yo acepto la destrucción de los bosques y la desaparición de especies naturales. Me parece lógico contaminar y dispersar al aire venenos químicos, así como enterrar residuos radioactivos que no estarían a salvo de un gran terremoto.

CLÁUSULA 32ª:
Aunque nuestra historia está plagada de conspiraciones políticas y políticos ambiciosos, yo acepto que ahora todo ha cambiado y que nuestros dirigentes sólo buscan nuestro bien. Las organizaciones secretas de políticos y grandes magnates como el club Bilderberg, la Trilateral o el Comité de los 300 no existen y nadie está intentando establecer un gobierno mundial a través de los organismos internacionales.

CLÁUSULA 33ª:
Yo acepto que el sistema actual es el mejor de los posibles. Se ha pasado la época de los grandes ideales.
En el mundo deben mandar las personas sensatas y realistas que cuidan por mantener el sistema.
Tengo miedo de que las cosas cambien porque los soñadores sólo traen problemas e inestabilidad.

CLÁUSULA 34ª:
Yo acepto esta situación y admito que ni yo ni nadie puede hacer nada para cambiarla.

CLÁUSULA 35ª:
Yo acepto no hacer preguntas, cerrar los ojos a esto y no oponerme a nada, puesto que estoy suficientemente ocupado con mis propios problemas.
Yo acepto incluso defender este contrato con mi vida, puesto que tengo miedo al cambio.

CLÁUSULA 36ª:
Yo acepto ser una pieza de un sistema, adaptarme a él y enseñar a mis hijos a adaptarse a él.
Mi prioridad es mantenerme en el sistema y nunca me cuestionaré si me permite o no ser feliz.


ESTARÁS PENSANDO QUE SON TEMAS DEMASIADO GRANDES Y QUE NO PUEDES HACER NADA…

PERO REALMENTE TENEMOS TODO EL PODER PORQUE SOMOS NOSOTROS LOS QUE ESTAMOS MANTENIENDO ESTE SISTEMA.

EN ESTE MUNDO MOVIDO POR EL DINERO, CADA GASTO QUE HACES ES UN VOTO POR MANTENER EL SISTEMA O CAMBIARLO.

PARA CADA UNO DE LOS PROBLEMAS EXPUESTOS HAY INICIATIVAS EN CURSO.

SIN TENER QUE CAMBIAR DE VIDA, PODEMOS REORIENTAR NUESTROS GASTOS HACIA LAS INICIATIVAS QUE CORRIGEN ESTOS PROBLEMAS.

ANTES O DESPUÉS, EL CAMBIO ES INEVITABLE.

SÓLO PODEMOS ELEGIR ENTRE HACERLO PRONTO Y NO SUFRIR O HACERLO MÁS TARDE SUFRIENDO.



Embajada y AMIA: la historia que debemos conocer


Yasir Arafat, Shimon Peres y Isaac Rabin recibiendo el Premio Nobel de la Paz en 1994, ese mismo año Isaac Rabin será asesinado y la muerte de Arafat programada


En la mañana del 17 de marzo de 1992, se produjo una tremenda explosión en el centro de la ciudad de Buenos Aires. El elegante edificio de tres plantas que albergaba a la embajada de Israel había sufrido un atentado con bombas, derrumbándose totalmente. La poderosa onda expansiva destruyó ventanas y muros en edificios ubicados en la esquina de las calles Arroyo y Suipacha. 29 personas murieron y 242 resultaron heridas. Veinte años después, aún se desconoce la identidad de los autores de aquella barbarie…

Poco más de dos años después, este misterio sin resolver se uniría a otro ataque con bombas en el centro de Buenos Aires aún más devastador, que el 18 de julio de 1994 destruyó el edificio de la Asociación Mutual Israelita Argentina -AMIA – a apenas una docena de cuadras de distancia, esta vez matando a 85 personas e hiriendo a otras 300.

Desde entonces, ambas investigaciones se han visto maliciosamente mal-administradas, artificialmente complicadas, descaradamente interferidas por los gobiernos de Israel y los Estados Unidos, y groseramente viciadas por corrupción, encubrimientos y mentiras, tanto locales como extranjeras. Pasaron los años, ambas causas judiciales transitaron por las manos de diferentes jueces, algunos de ellos luego enjuiciados, pero hoy ambos atentados siguen sin resolverse. Israel y EEUU siguen buscando inculpar a Iran, Siria, Hamas y Hezbollah… ¡A cualquier precio!

Israel insiste en que ambas explosiones fueron causadas por “coches bomba”, pero esos supuestos vehículos jamás fueron hallados. El edificio de la AMIA también era la sede del lobby sionista local DAIA – Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas – entonces presidido por el banquero Rubén Beraja quién aportó u$s 400.000 para sobornar a un estafador de automóviles usados (¡con el acuerdo del juez en la causa, Juan Galeano!) para que se inculpara a Hamas y Hezbollah (Beraja luego sería procesado y encarcelado por la quiebra fraudulenta de su Banco Mayo..).

Para poder comprender todo esto, señalamos algunos aspectos sutiles que nos pueden ayudar a comprender tanto el origen de estos ataques, como también las complejas raíces del comportamiento israelí. Especialmente en lo que se refiere a sus conflictos internos, a menudo muy violentos, existentes dentro de Israel entre sectores moderados que genuinamente desean la paz con los palestinos y la extrema derecha fundamentalista que pareciera estar dispuesta a hacer todo lo que sea necesario para sabotear la paz, creyendo así asegurar que sus sueños mesiánicos de erigir el “Eretz Israel”: un imperio judío que abarque desde el Nilo hasta el Éufrates.

Este conflicto adoptó un carácter global al extenderse sobre la diáspora judía que incluye a la importante comunidad judía en la Argentina.

Veamos como los atentados en Argentina cobran una dimensión distinta cuando se los inserta dentro de la cronología de hitos clave en este conflicto intra-israelí:

30 Septiembre 1991 – Promovida por los EEUU, comienza la Conferencia de Paz de Madrid entre palestinos e israelíes. El movimiento de ultra derecha fundamentalista de colonos israelíes se pone en creciente pie de guerra.

17 Marzo 1992 – A las 14:50, a poco de finalizar un almuerzo para funcionarios de gobierno y de seguridad de alto rango con el embajador, y retirarse los mismos del edificio de la embajada en Buenos Aires, explota la terrible bomba.

13 Julio 1992 – Yitzhak Rabin es elegido primer ministro de Israel. Rápidamente reorganiza al Shin Beth: el servicio secreto de Israel a cargo de investigar a grupos fundamentalistas de colonos dentro del país, y de brindar seguridad a las embajadas israelíes en el exterior.

Agosto 1992 – Rabin declara que Israel devolverá las Alturas de Golán a Siria.

13 Septiembre 1993 – Israel y la Organización para la Liberación Palestina suscriben los Acuerdos de Oslo, mutuamente reconociéndose; fue el famoso apretón de manos entre Rabin, Arafat y Clinton en los jardines de la Casa Blanca.

25 Febrero 1994 (Fiesta de Purim) – Un judío fanático de EEUU, Baruj Goldstein, atraviesa fácilmente los controles de seguridad israelíes en Hebrón portando una ametralladora y acribilla a palestinos que se encuentran orando en la Mezquita de la Cueva de los Patriarcas, matando a 29 e hiriendo a 125. Goldstein también fue muerto mas su tumba rápidamente se convirtió en un lugar de peregrinaje para los colonos israelitas.

Febrero a Mayo 1994 – Se firman los Acuerdos de El Cairo entre Israel y Palestina, estableciéndose las fronteras de Gaza y Jericó.

1 Julio 1994 – Luego de 27 años de exilio, Rabin autoriza que Yasser Arafat regrese a Palestina. La furia entre los colonos más duros se exacerba.

18 Julio 1994 – Atentado terrorista contra la sede del edificio de la AMIA en Buenos Aires, cuya dirigencia de entonces era pro-Rabin / Laborista.

26 Octubre 1994 – Se firma un tratado de paz entre Israel y Jordania.

28 Septiembre 1995 – Se firman los Acuerdos de Taba-Oslo II sobre Palestina.

4 Noviembre 1995 – Durante un acto público en Tel-Aviv es asesinado el primer ministro Yitzhak Rabin, no por un fundamentalista Islámico ni por un neonazi, sino por un joven fundamentalista de nombre Ygal Amir (foto de la izquierda), próximo al movimiento de colonos judíos y relacionado con Shin Beth. El presidente de la Corte Suprema Meir Shamgar presidió la Comisión investigadora del asesinato, concluyendo en marzo de 1996 que Shin Beth era responsable de “exponer a Rabin a serios riesgos”, y omitió tomar acciones concretas ante las amenazas de muerte contra Rabin provenientes de sectores judíos extremistas.

Las consecuencias geopolíticas del asesinato de Rabin fueron realmente serias ya que el más moderado partido laborista fue rápidamente desplazado por los líderes de la ultra derecha de los partidos Likud y Kadima: Benjamin Netanyahu, Ariel Sharon, Ehud Olmert y, en la actualidad, nuevamente Netanyahu, acompañado por el fundamentalista Avigdor Lieberman.  
En cada aniversario de la muerte de Rabin, el grupo del actual primer ministro Benjamin Netanyahu va a rendirle homenaje al asesino de Rabin.

Desde entonces, Israel ha abandonado la política de “paz por territorio”, reemplazándola por la limpieza étnica descripta por el ex presidente de EEUU Jimmy Carter en su libro publicado en 2006 “Palestina: Paz en lugar de Apartheid”.

Cuando ambos atentados en Argentina son insertados en de este cronograma de hechos dentro de Israel, se empiezan a entrever las razones por las que los mismos jamás han quedado resueltos.

Pues, por más que Israel (como siempre arrastrando a los EEUU detrás de ella), insista en que Iran/Siria/Hamas/Hezbollah perpetraron ambos atentados terroristas, e interfiera groseramente con los poderes judicial y ejecutivo argentinos, aún falta investigar otra pista más verosímil y plausible: que los servicios secretos y de inteligencia israelíes pudieran haber estado directamente involucrados en ambos atentados, dentro de la lógica de la creciente violencia intra-israelí que ocurría en los años noventa.

Dado que las obviamente falsas “pistas siria e iraní” jamás lograron comprobarse, quizás sea ya hora que las autoridades argentinas e internacionales investiguen una posible “pista israelí” en ambos atentados.

En el caso de la Embajada, en 1996 la corte Suprema de Justicia argentina ordenó que la Academia Nacional de Ingeniería realizase una investigación exhaustiva para determinar cuál fue el origen de aquella terrible explosión. Dicha Academia concluyó que la explosión ocurrió en lo profundo del edificio de la Embajada, lo que significa que, nuevamente, no hubo ningún coche bomba.

En agosto de aquél año, se suscitó una fuerte polémica entre el entonces presidente de la Corte Suprema, Julio Nazareno, y el entonces Embajador de Israel, Itzhak Aviram, en la que éste último insultó a la Corte a raíz de sus conclusiones. Por supuesto ello se vio avalado en los medios de difusión locales por el consabido griterío histérico de acusaciones de “¡antisemitismo!”.

Ahora bien: si resultase ser verdad que hubo operativos israelíes detrás de ambos atentados terroristas, entonces resulta muy importante que la comunidad internacional insista en que ambos eventos queden debidamente esclarecidos, de manera tal que todos podamos conocer quiénes fueron realmente los responsables de semejante barbarie.

La terca insistencia de Israel de inculpar a Irán es hoy utilizada por Israel, EEUU, Reino Unido y Francia como una excusa más para armar un casus belli que les permita atacar a Irán unilateralmente. El ex embajador israelí en Argentina Daniel Gazit, insistía en decir que “creemos que la culpa la tiene Irán”; y hasta hablaba de un supuesto venidero “tercer ataque terrorista contra intereses judíos en la Argentina”.

Si ello resultase cierto, ¿quiénes serán los que están planeando semejante horror? Claramente, el mundo necesita tener una comprensión más acabada de los ejes fundamentales que conforman las raíces del comportamiento israelí.

Innegablemente, ello ayudará a promover la paz en el mundo.


Fuente: Adrian Salbuchi